
En estos tiempos donde la inmediatez es la norma, es común que un propietario exija resultados rápidos. Sin embargo, la actitud de Mat Ishbia fue, por decir lo menos, precipitada y eso sentó las bases de la calamidad que ahora caracteriza a la franquicia de los Suns. Suns Cada una de las decisiones que siguieron, incluyendo el despido de Mike Budenholzer, contribuyeron a este desenlace.
Un aspecto que los dueños parecen ignorar es que la liga tiene sus propias reglas, y es esencial adaptarse a ellas. Si bien hay algo de flexibilidad, esta puede poner en riesgo a las franquicias a largo plazo.
Análisis sobre el roster de los Suns bajo Budenholzer
Tener un contexto antes de profundizar puede ayudar a comprender mejor la actual situación del equipo. Aunque lo que hemos mencionado hasta ahora solo es un breve resumen de la realidad que enfrentan.
Este es un equipo que, no hace mucho, llegó a las finales de la liga con la guía de Devin Booker, pero ahora parece estar destinado al fracaso tras la inclusión de Durant, después Beal y algunos añadidos más que, aunque podrían aportar, no son lo suficientemente significativos en una liga donde el juego colectivo se hace más importante que nunca.
Resaltamos estos dos eventos clave porque, en el traspaso por Durant, se perdió al segundo mejor jugador del equipo, el prometedor Mikal Bridges. Además, el problema se agrava al considerar que se sacrificaron cuatro futuras selecciones del draft. En pocas palabras, el equipo adquirió a un veterano con una carrera no tan exitosa en términos de campeonatos mientras se dejaba ir a un joven brillante y varios recursos futuros.
Con respecto a Beal, el intercambio involucró entregar seis selecciones de segunda ronda y cuatro cambios. En definitiva, entre las elecciones de primera y segunda ronda que se canjearon, se hipotecó gran parte del futuro del equipo, lo que representó una apuesta a todo o nada.
El desenlace de esta estrategia llevaría a evaluar si para el equipo valía la pena. Sin embargo, nuestra apreciación es que el equipo ya estaba condenado desde el principio al tener a tres jugadores que componen el 80% de la plantilla, convirtiendo la competencia en una tarea casi imposible. Esto se agrava por el impuesto de lujo que se genera al intentar completar un roster que carece de profundidad.
Con un presente nublado y sin proyecciones a futuro, Budenholzer se unió al equipo con la esperanza de sacar el mejor rendimiento, aunque no previó que el mayor reto que enfrentaba era:
Un problemita conocido como Bradley Beal
Si la llegada de Durant ya fue compleja y su rendimiento, aunque bueno, generaba incertidumbre; el caso de Bradley Beal resulta ser un enigma, ya que parece poco comprometido con el baloncesto.
La situación con Beal es problemática, ya que no logró destacar como jugador titular, lo que llevó a Budenholzer a probarlo desde la banca, pero tampoco resultó. Ante esta adversidad, se consideró un posible traspaso, pero sin pudor alguno, Beal dejó claro que no estaba interesado en abandonar el equipo, amparado en su cláusula de veto.
Con su eliminación confirmada, ahora buscan alternativas para reconstruir un equipo que carece de presente ( KD se quiere ir, Beal se muestra como una sombra de lo que fue, y la incertidumbre rodea a Booker, mientras que la falta de jugadores clave es evidente). Además, no tienen futuro, dado que carecen de selecciones del draft y, por si fuera poco, despidieron a su entrenador.
Los enfados de Durant
A todos estos problemas se le suma la aparente mala relación que Durant y Budenholzer tenían, con varios desaires visibles en televisión nacional que confirmaron la tensión entre el jugador y su exentrenador.
Las decisiones que pudo haber tomado Budenholzer
Es indiscutible que Budenholzer pudo haber explorado más opciones, fue un punto donde podría haber pensado de manera innovadora para extraer un mejor rendimiento de sus jugadores. Pero si no cuentas con margen de maniobra, con un grupo limitado, las decisiones se tornan bastante complicadas. La libertad para realizar traspasos se ve restringida por las faltas al impuesto de lujo, y cuando tienes a un jugador como Bradley Beal promediando solo 17 puntos, 3.3 rebotes y 3.7 asistencias, tus alternativas se ven drásticamente afectadas.
No buscamos justificar a Budenholzer en su papel, pues es evidente que se podrían haber tomado mejores decisiones. No obstante, es vital entender que sacar adelante un equipo en una situación tan adversa como la que vive este equipo le exigió a cualquier entrenador estar a la altura. Si no se realiza una limpieza y se cambian al menos dos de las 'estrellas', el futuro de cualquier nuevo entrenador también será incierto.